Por Jose Figuerola Abizanda
•
16 de septiembre de 2024
#ACEPTACION Tengo la convicción de que me suelo expresar mejor con la palabra escrita que intentando explicarme a viva voz así que aquí viene mi reflexión, después de meditarlo, sobre las relaciones. Hoy he publicado una historia, en mi Instagram, a primera hora de la mañana con el texto “es increíble como alguien puede romper tu corazón en mil pedazos y, sin embargo, sigues queriéndolo con cada trozo” Hasta la fecha, en mi vida he tenido cinco grandes amores. No daré nombres pues debo preservar su privacidad aunque si diré que en esta lista están, mi primer amor, la madre de mi hijo y esas tres personas especiales que han marcado mi vida. La primera en Girona y las otras dos en Tarragona. No puedo valorar las experiencias por el tiempo pues algunas fueron años y otras fueron meses pero todas dejaron una huella imborrable en los mil pedazos que, una tras otra ruptura, he ido uniendo para rearmarlo. De todas he sacado lecciones positivas y aun pasando por malos momentos tras las rupturas sigo manteniendo un cariño y un amor muy especial por cada una de ellas. Entendiendo que el amor es algo totalmente intangible y que traspasa los limites de lo racional, lo cual es un inconveniente para alguien que analiza todo lo que le rodea con la mentalidad propia de quien busca explicación a todo lo que le voltea y sucede. Como diría el otro gran amor de mi vida, mi hijo, en voz de Sheldon Cooper en "The Big Band Theory", estas buscando una explicación científica a un problema espiritual y emocional. De la primera persona solo diré que esta anclada en lo mas profundo de mi corazón y que tengo bellísimos recuerdos de aquella época donde descubrí muchas cosas que eran desconocidas para ambos. Me encanta y me siento feliz de ver la bonita familia que ha formado y, sobre todo, cuando nos vemos (de ciento a viento y por coincidencias del calendario), ver esa sonrisa. Esa alegría instantánea que me envuelve en mi interior no tiene un valor calculable en métodos numéricos. Me siento muy, muy feliz por ella. De la mama de mi niño no puedo decir nada mas que gracias pues con nuestros mas y menos hemos sacado adelante, anteponiendo siempre el bienestar de nuestro hijo, a una persona maravillosa, excelente y con una madurez impropia para su edad. Merito, en gran medida, de ella pues veo en él valores y comportamientos que, además de querer adoptar, me dan una visión de muchas de mis carencias. He de reconocer que no soy una persona cariñosa sino mas bien tosca en las relaciones personales. Me cuesta, por ejemplo, dar un abrazo y siempre he intentado demostrar mi cariño y amor de otras maneras mas materiales aunque parece que no son bien valoradas o entendidas (es un problema que tengo que resolver y que, además de ese ser extraordinario, la lectura de ciertos autores me ayuda a ir corrigiendo). Permite explicarme, me cuesta dar un abrazo pero si tienes un problema, necesidad, inquietud soy el primero en estar. “el primer paso para corregir una carencia es admitir que cuentas con ella” La tercera persona fue el yin y el yang. Ella la locura interestelar y yo la paz total. La conocí en una etapa de tranquilidad en mi vida y fue un bombazo, un cataclismo, una explosión nuclear. No había un grado medio y fue, después de mucho tiempo tras mi separación, la primera persona con la que sentí algo mas que una atracción física. Me di cuenta lo que era estar locamente enamorado y al mismo tiempo sentir paz interior. Ir de un extremo a otro, de salir de copas a pasar horas tirados en el sofa. No había un termino medio para esa relación. Las dificultades laborales de ambos y, en gran medida, la distancia hicieron que todo acabara. No olvidaré su ultima frase en nuestra despedida “Eres la única persona con la que he sentido paz y tranquilidad en mi vida”. Seguimos en contacto y ella sabe que siempre tiene una palabra reconfortante en mis labios y como no, un trocito enorme de mi corazón. Pasaron años y por medio del social commerce (uno siempre es un inquieto mental que busca diferentes maneras de mejorar su vida y la de los que le rodean) conocí al cuarto amor de mi vida. Mucho tiempo después de conocernos tuvimos ocasión de quedar para realizar una caminata (pasión de ambos). Allí se produjo el milagro y doy gracias porque pude evaluar el valor y la calidad como persona que tiene y yo ya intuía. No fue una ruptura fácil pues suelo, como dije, dar muchas vueltas a los sucesos y evaluar lo que sucedió para que tomara esa decisión. El espíritu de intento de mejora constante, el cariño, la magia de hacer mucho con poco me tenia cautivado. Todavía guardo en mi caja de zapatos su regalo de cumpleaños donde me decía “Vale por un fin de semana donde tu quieras para hacer todo lo que nos apetezca”. No dio tiempo a usarlo porque, palabras textuales, “ojala yo pudiera quererte la mitad de lo que tu me quieres”. Su gran valor y enseñanza fue estar ahí, tras la ruptura, para acompañarme en mi sanación. Al whatsapp, al teléfono o tomando un café si era necesario. Una persona que sabe que en el daño interior que sufres puedes tener cierto alivio al compartirlo. Para mi es una persona que demuestra su calidad humana hacia los demás a un nivel, para mi, fuera de lo habitual. Cada vez que la recuerdo fluye una sonrisa en mi cara y mi corazón sana al tiempo que me dice que ella sigue en una posición privilegiada dentro de esos mil pedazos. El ultimo amor de mi vida todavía me genera taquicardias cuando pienso en lo que podía haber sido y se quedo en el camino. Me cautivo su manera de pensar totalmente opuesta a lo que le rodea, sus ganas de progresar y, aunque la conocía desde hace años, no se como surgió ese acercamiento que nos llevo a estar el uno con el otro totalmente unidos y dependientes (esa era mi percepción, no poder estar el uno sin el otro). Hablar de sus y mis nuevos retos para emprender, vernos y escucharnos, tardes de sofa y días completos de lo que yo llamo “turismo de descubrimiento” me fueron enamorando locamente de esa persona. Activa, desinhibida, divertida y cariñosa me falto el tiempo para abrir totalmente mi corazón y llegar a las profundidades del suyo. Siendo sincero, se lo confesé a ella cuando ya era demasiado tarde, me veía ya el resto de mis días disfrutando los dos de hobbies, pasiones y viajes. De una vida en común, felices. Mi error, la falta de valentía para soltar todo lo que llevaba dentro. No hablar a tiempo de objetivos comunes como pareja hicieron que un pequeño distanciamiento acabara con, otra vez, un dolor en lo mas profundo del corazon rompiendo en pedazos lo que tanto me costo volver a pegar. “No me resulta fácil hacer esta llamada pero no puedo volver a verte porque he cometido un error que ha sucedido porque nos falta algo” sigue repicando como un martillo pilón en mi cabeza Parece que alguien si tuvo ese valor que a mi me falto y conquisto su corazón de la manera que yo no supe hacer. Me llevo la cruel realidad. La indecisión, posponer o no tomar una decisión siempre tiene consecuencias y la mayoría de veces no son nada agradables. También he aprendido que hay que hablar mas del “nosotros” y sobre todo de “nosotros a futuro” estableciendo una visión a meses y años para tener un proyecto de vida común para los dos. Eso puede dar estabilidad, confianza y seguridad. Se puede romper? Si, de igual manera que puede ayudar a que antes de suceder una ruptura, seamos capaces de hablar y mejorar. Para mi este es el gran problema que existe hoy en día. Pensamos mucho en el yo cuando deberíamos pensar en el nosotros. Una pareja son situaciones agradables y desencuentros. Antes de tomar decisiones que no solo te afectan a ti, deberíamos dar la oportunidad de hablar reposadamente y ver opciones dentro de las cuales igual encontramos la solución. No debemos tirar por la borda lo vivido en el primer revés y a la primera de cambio (valga la redundancia). Debemos hablar, ayudarnos y caminar juntos. Ya dice una frase celebre “el camino se hace mas rápido solo pero es mas divertido si lo recorres en compañía” No se que me depara el futuro pues no busco nada, nunca lo hice, siempre apareció cuando menos lo espera. Si tengo claro que seguiré aprendiendo, intentando mejorar de los errores cometidos y nunca perder la esperanza de encontrar esa media naranja que te atraiga físicamente y te conquiste con su personalidad y su fuerza emocional y mental. Terminemos con la #aceptación de lo vivido, la sanación de las heridas y el deseo de que todos encontremos esa persona que nos complementa a la perfección para llevarnos a un estado superior en nuestra vida. Mis felicitaciones a todos aquellos que ya lo consiguieron. Pd.- A vosotras cinco, un abrazo. Sabéis que estoy aquí, a un whatsapp de distancia. Siempre. Para lo que haga falta. Sois parte de mi, de esos mil pedazos de corazón que sigue latiendo. Siempre agradecido por lo que habéis aportado en mi vida. A mi manera, os quiero mucho. Besos.