#Compartir
Leyendo temprano (es lo que tienen los festivos cuando uno ya esta hecho a ciertos horarios) me encuentro con una bonita divagación que provoca una reflexión, muy profunda, sobre lo difícil que es abandonar algo que te seduce. Esta claro que aquello que queremos, nos gusta y nos atrae, siempre nos exige un esfuerzo extra. Es difícil de explicar lo que sucede en esos momentos. Nos encontramos en ese instante de extremado encantamiento en el cual somos capaces de todo y un poco mas. Es como cualquier adicción de la cual no te puedes desenganchar.
Al principio puede ser que se comience por experimentar, por probar, por ir a algo diferente. Con el paso del tiempo y sin saber muy bien como sucede, esa adicción se convierte en algo necesario aunque esta mas cerca de un habito o rutina que de proporcionarnos una satisfacción real.
Por eso es bueno #compartir.
#Compartir puede ser de las pocas adicciones que deberíamos promover, alentar y promocionar.
Dice una frase del famoso influencer venezolano Santos Lever ( IG - @santoslever)
“Juntos sumamos, juntos somos mas fuertes”
Esto ocurre con las relaciones. Empiezan estupendas, geniales, dando, aportando, generando ilusiones hasta que en un punto se convierten en ese habito por el cual dejas de pelear como deberías. No es que pierdan la magia solo bajan de nivel, dejan de ser adictivas. Es como si, una vez conseguido, ya pudieras mostrar el trofeo expuesto en el pedestal, comprado para la ocasión, que sitúas en el centro del salón de la casa.
Y no lo digo especificamente por una de las partes sino, mas bien, por ambas. Las rutinas no se generan solas sino que son cosa de dos. Achacar el problema a una de las partes es no saber hablar con tu interior y buscar la tan necesaria autocrítica constructiva. Es imposible generar una rutina si uno de los dos sorprende al otro. Y eso, no es responsabilidad exclusiva de uno, mas bien es de los dos pues en ambos esta la responsabilidad de mantener la llama avivada.
Entiendo que hombre y mujeres aplicamos fórmulas distintas en estos aspectos de la vida y mientras la mayoría de los hombres funcionamos por cajitas de tareas (una después de otra), las mujeres son multitareas capaces de hacer, sentir, transmitir, hablar y ejecutar todo a la vez. Si, además, incluimos un factor físico como es la mestruación, donde una bomba de hormonas puede hacerlas mas sensibles y vulnerables, tenemos la tormenta perfecta repicando cada mes en la puerta de la relación.
Reconozco que no he sabido interpretar esas señales que son tan evidentes para otras personas. Vivo siempre en mi mundo. Aun estando en pareja tengo que lidiar con un ego que es tan desmedido que me hace llegar hasta el punto de creer poder encontrar explicación a todo por mi mismo. Graso error. Cuando estoy enfadado, preocupado o estresado tiendo a aislarme para intentar solucionar por mi mismo los problemas aun a riesgo de que la otra parte no entienda lo que sucede y la falta de dialogo conlleve una explosión destructiva total.
Ese es un gran error que voy intentando solucionar poco a poco, paso a paso, sin prisa pero sin pausa. Para avanzar a una mejor versión de mi mismo debo entender que hay personas que tambien pueden aportar y ayudar, desde los distintos niveles tanto laborales como personales, a hacer que sea una persona mas completa. Una versión mejorada de mi mismo.
Son las personas que te rodean y te quieren las que son capaces de escucharte, hablarte y hacerte sentir en paz contigo mismo aunque no puedan darte una solución. Aunque no puedan calmar ese maremoto de sucesos que vives en tu interior. Y SÍ, dentro de ese reducido grupo también esta tu pareja. Ese gesto de complicidad bien entendido pero, de por si, poco apreciado, permite que en la paz y el sosiego encuentres la salida de emergencia a todo lo que te martiriza en tu interior.
Decía ayer que hay que ser agradecido y este es un punto que, una vez superado, deberíamos agradecer sobremanera a esa persona que provoca tu tranquilidad y paz interior. Así que recuerda y no olvides, es mejor un “GRACIAS” a tiempo que el arrepentimiento de no contar con quien te quiere porque ya se canso de tus desmanes.
Los enfados y cabreos vienen derivados de no valorar de manera adecuada los problemas de pareja. Lo mas probable es que lo importante para ti no lo sea para la otra persona y viceversa. Por eso es tan difícil encontrar un punto de equilibrio donde dar valor a todo lo que rodea a la persona con la que quieres o estas compartiendo la vida. Muchas veces un abrazo mientras susurras al oído un “te entiendo” es suficiente terapia para unir lazos y sentirse valorado en justa medida (esto tambien lo he aprendido tarde). Eso soluciona los problemas? lo mas probable es que NO pero esos lazos de apoyo y comprensión provocan lo mas bonito que uno puede tener en esta vida y que no es otra cosa que la #FELICIDAD compartida
Mi conclusión es que debemos #compartir. Lo bueno y lo malo, hablar y hablar, de todo aquello que nos preocupa, nos molesta, nos inquieta. De nuestros sueños y nuestros miedos. Del presente y el futuro. Estoy convencido, después de lo vivido, que si hubiera mas conversación, objetivos y metas comunes seria mucho mas sencillo buscar lugares de encuentro donde consolidar las relaciones. Si aplicas esto desde el principio, en esa época de euforia donde nada va mal, crearas unos cimientos solidos que serán la base perfecta para construir ese hogar en vida que muchos anhelan.
“Respeto, honor y palabra son la base y el cimiento de dos vidas en conjunto y en constante crecimiento”
Pd.- Antes de coger el camino fácil (tan masacrado en esta época que vivimos) y salir corriendo como "novio/a a la fuga" (Julia Roberts/1999), da la oportunidad de conversar y exponer todas las preocupaciones, enfados, inquietudes, miedos e inseguridades que tengas pues, sea cual sea el resultado final, si nos comportamos como los seres racionales que somos, la paz y el beneficio mutuo reinara en el corazón de ambos.